El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que busca hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca y brillante. La actual popularidad de la estética ha convertido a este procedimiento odontológico en uno de los más solicitados de los últimos años.

Es de especial importancia que los dentistas estén capacitados para el manejo de los agentes blanqueadores, siguiendo un protocolo adecuado de diagnóstico, planificación del procedimiento y mantenimiento de los resultados.

Por otro lado, la población debe concebir este tratamiento como un proceso médico que ha de ser realizado bajo la supervisión de un dentista, y únicamente realizado en la clínica dental.

Básicamente podemos diferenciar las causas de oscurecimiento dental en dos tipos: las extrínsecas (que se producen por el contacto de los dientes con agentes pigmentadores) y las intrínsecas (aquellas que afectan a los dientes en su fase de formación)

Tipos de blanqueamiento dental

Hablamos de tres tipos básicos de blanqueamiento dental: el que se hace en clínica, en el que se hace en casa y el que combina ambos tipos.

• Blanqueamiento dental realizado en la consulta odontológica. Se lleva a cabo en la clínica dental mediante la aplicación de un agente blanqueador a base de peróxido de hidrógeno al 35%, pudiendo ser este activado por una fuente de luz. Se trata del método muy eficaz, ya que se maneja una alta concentración del componente blanqueante bajo el control de un dentista.

• Blanqueamiento ambulatorio con la supervisión de un dentista. En este tipo de blanqueamiento la concentración de peróxido de carbamida es del 10%. Este método se realiza en el domicilio del paciente, bajo las indicaciones del dentista. Se elabora una férula a medida para el paciente en la que se aplicará el agente blanqueador, con el fin de evitar cualquier posible contacto con los tejidos que soportan los dientes.

En el caso de dientes no vitales, la técnica difiere de las anteriores, puesto que en estos casos se coloca un producto blanqueante dentro del diente a tratar.

Como en todo los tratamientos, existen ciertos riesgos. En este caso se encuentran las reabsorciones cervicales, la sensibilidad gingival y la sensibilidad dentaria post-operatoria.

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